viernes, 17 de septiembre de 2010

¿Por qué pensamos que Argentina iba a pelear por el primer puesto en el Mundial de Turquía?

 (Por Sebastián Saijo) - Le tocaba una de las paradas más difíciles del torneo.  Contra un equipo europeo forzado  a realizar un recambio en un plantel joven y sin líderes. La derrota fue contundente, se vieron reflejadas las verdaderas falencias que hubo en defensa, bajas avisadas con anticipación y otras con situaciones inesperadas. En Kayseri y Estambul, las ciudades donde disputó sus encuentros, nunca terminó de convencer en su forma de juego y quedó eliminada sin merecimientos, por lo menos, en este partido. Para emprender el viaje de vuelta con la tranquilidad de saber que una eliminación temprana estaba entre los planes aunque no se haya dicho. Pero es inevitable pensar más adelante, donde el preolímpico es un examen para aprobar sin errores y le dará la posibilidad de realizar un broche dorado, a este sueño que se va acabando, en Londres 2012.

Los dirigidos por Sergio Hernández, chocaron contra un serio candidato. Fue un encuentro muy simple de explicar, luego de verlo y con el resultado concretado: “para terminar bien, hay que empezar bien”. Y esa fue la clave que el equipo lituano supo aprovechar en el comienzo del partido y que se extendería durante los cuarenta minutos, incluso con la eliminación ya consumada en el primer tiempo. Los veinte puntos de diferencia que Lituania había sacado dejaban una leve esperanza en los más optimistas.

Dos emblemas de este plantel, Luis Scola y Carlos Delfino, no le encontraron nunca la vuelta. Producto de una semana agitada. Todo lo que habían disputado lo resumía bien el jugador de Houston Rockets tras la victoria sufrida, como de costumbre, sobre Brasil: “Nosotros ganamos así, partidos muy cerrados y no creo que más adelante sea diferente. Este grupo no gana por diez o quince puntos”.

Pablo Prigioni comenzaba a tener más ida y vuelta al banco y en esos momentos, la albiceleste quedaba tambaleando en la creación. Un falso Delfino, realizando la tarea de otros, otorgaba puntos fáciles al rival que no fallaba en su ofensiva y dejaba al descubierto las grandes diferencias en cuanto al desgaste físico que acumulaba cada uno.

La columna vertebral argentina comenzaba a despedirse de algo que había empezado como sueño y termino siendo un consuelo. Palabra que a este equipo no le gusta, jamás le gustó y no cambiará en lo siguiente.

Sin tiempo para masticar la derrota por no poder subir al podio, Rusia fue un paso para poder llegar a disputar, luego de 16 años de espera, la gran revancha contra España. Esta vez, por el quinto puesto pero con todos los aires de una final, en el primer encuentro de la jornada que cerraba el campeonato.

En Logroño, previo al inicio del campeonato mundial, Argentina dio una señal. En un posible cruce no regalaría nada. Y así sucedió, el escalón final no interesaba. Era ganar porque estaba España, el último campeón. Porque esa penetración de Emanuel Ginobili que se encontró encerrado y descargando para Andrés Nocioni en tierras asiáticas por las semifinales del último encuentro importante contra la curiosamente, en lo sucesivo, llamada “ÑBA”, seguía lastimando.

Pero como bien decíamos que no hubo tiempo de masticar la derrota, bien saben digerirla. Y transformarla en un fuego interior que mantiene las ganas de pelear algo siempre. Insistimos, sin interés de posición final.
La diferencia sacada en el comienzo, anular a los tres más peligrosos de este conjunto español (Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández), soportar una pesadilla que podríamos llamar, el parcial de 26-2. Para ganarlo, como dice Scola, sufriendo y con el tiro del final. No hacía más que volver a preguntarnos, ¿Daba para más o es mucho más de lo que esperábamos en la previa?

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Un triunfo para la historia


(Por Hernán Díaz) - Lituania esperaba con ansias, luego de su contundente derrota a China por 78-67, al próximo rival que enfrentará en cuartos. La albiceleste consiguió el segundo puesto del grupo A tras de perder en un complicado encuentro contra Serbia. Por el otro lado Brasil con serenidad, escribió en un papel los pasos que realizó en el grupo B y que lo ayudaron a conseguir la tercera posición. Argentina en su visión tenía a dos duros enemigos, el primero su clásico del continente Sudamericano. Y a su lado se encontraba el encargado de la estrategia verdeamarela, Rubén Magnano técnico argentino que consiguió, con su país, el subcampeonato en el mundial de Indianápolis 2002 y la medalla de oro en Atenas 2004. Es que el cordobés conoce a bien a los jugadores que integran el plantel actual y sabe cómo se desenvuelven en la cancha.


Pero lo más importante es que en este durísimo partido el seleccionado nacional fue pura efectividad durante el primer período. Obtuvo 25 puntos con la mano de Delfino y la firmeza de Scola. Pero Brasil no se quedó atrás. Agresivo e incisivo fue un peligro cuando se acercaba al tablero argentino y así se consumó la paridad para los primeros diez minutos, 25-25.

Diferente y errática fue la segunda parte, los dirigidos por Magnano se adjudicaron varios robos de pelota y contraatacaron a la selección de Sergio Hernández. Muchas faltas personales de parte de ambos equipos pero lo más rescatable de este segundo período es que Argentina llegó a sacarle 6 puntos de ventaja al rival. Ventaja que poco duraría, pero que demostraría que con paciencia y un poco más de inteligencia se lo podía lastimar a Brasil. El descanso del primer tiempo finalizó con Brasil ganando por 48-46.

Vibrante y efusivo se desenvolvió el cotejo en la vuelta al tercer período. Brasil golpeó primero recuperando pelotas y marcando bien a los experimentados argentinos. La gran actuación de Huertas y las faltas cometidas por Cequeira hicieron que los de Magnano tuvieran el partido a su favor. Pero sobre el cierre de la tercer parte Scola y Delfino resurgieron y con gran autoridad Argentina empató el partido. 66-66 era el resultado para ver la última parte del encuentro.

Los últimos diez minutos serían eternos. Con la garra, el corazón, experiencia y la inteligencia, que le faltó en algunos tramos del partido, pero que recuperó en el final el seleccionado nacional ganó el partido. El resultado 93-89. Claves los papeles de Scola, que fue un guerrero dentro de la zona rival, y de Delfino que con su práctica y lujosa muñeca, marcó varios puntos, así como también el trabajo sucio de Jasen que favoreció a que Argentina clasificara y se colocara entre los mejores ocho equipos del Mundial Turquía 2010.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Con la garra de siempre

(Por Pablo Puglisi) - A pesar de luchar hasta el último segundo, la selección Argentina de Básquet perdió frente a Serbia 84 a 82 y en octavos de final enfrentará a Brasil.

Gane o pierda este equipo no cambia, estén o no Ginobili, Oberto y Nocioni la actitud es la misma, jueguen los titulares o los suplentes la entrega no se negocia. Las dudas de los primeros compromisos quedaron disipadas y esta selección demuestra que cuando la exigen, responde. El equipo dirigido por Sergio Hernández estaba frente a su prueba más complicada de la primera fase, la ausencia de Fabricio Oberto y el cansancio acumulado eran factores determinantes para tener cuenta. Las dos selecciones peleaban por lograr el primer puesto del Grupo A dejando de lado las especulaciones que marcaban que 
el perdedor descansaría hasta el martes.

Los primeros minutos de partido fueron de lo mejor de Argentina en el certamen, sin darle lugar a Serbia para desplegar su juego e imponiendo una gran intensidad se lograron 13 puntos de ventaja con buenos aportes de Pablo Prigioni y Carlos Delfino, pero con el correr de los minutos los europeos fueron equilibrando el encuentro y mostrando su jerarquía.

El segundo cuarto fue distinto, el partido se hizo más parejo y cada posesión se peleó al máximo, se transformó en una pulseada en la que de a poco el equipo Serbio fue torciendo el brazo de su oponente y se fue al descanso arriba 40-39. A esta altura el capitán argentino Luis Scola se había convertido en el máximo goleador de Argentina en campeonatos mundiales y con los 32 puntos que finalizó, alcanzó los 357 que le permitieron dejar atrás Ernesto "Finito" Gherman, que había convertido 331.

En la segunda mitad del partido las cosas cambiaron, el equipo de Hernández fue siempre por debajo en el marcador y el cansancio empezó a sentirse, el plantel corto y la experiencia de los europeos hacían imaginar un final distinto y no tan apretado. Pero Argentina se despertó y después de estar nueve puntos abajo se mantuvo cerca hasta el final, Paolo Quinteros tiró a errar su segundo libre en la última jugada pero esta vez no se dio. Igualmente la derrota no es tan dolorosa al comprobar que pese a las ausencias y al poco recambio se llegó a un final apretado frente a una selección de primer nivel que seguramente peleará el título. El martes se viene Brasil y por si fuera poco con Rubén Magnano en el banco de enfrente, muy importante será la recuperación de Oberto, pero mucho más el hambre y las ganas de lograr otra hazaña.




jueves, 2 de septiembre de 2010

Argentina sufrió, pero ganó

(Ramiro Ariazzi) - En un partido raro, la Selección venció a Jordania por 88 a 79 en el marco de la cuarta fecha del grupo A. Los parciales del cotejo fueron 35-19, 49-37, 61-55 y 88-79. El equipo de Sergio Hernández sigue invicto y mañana definirá el primer lugar de la zona frente a Serbia. Nuevamente Luis Scola fue la figura y Fabricio Oberto se perdió su tercer partido consecutivo por la gastroenteritis.

En el primer cuarto del partido se notó la gran diferencia de nivel que existe entre ambas selecciones. Argentina salió a definir lo antes posible el encuentro y con fabulosas actuaciones de Scola y Delfino, parecía que lo conseguiría. Por su parte, Jordania con un pésimo rigor defensivo y con 7 pérdidas en el cuarto, le facilitaba el trabajo al seleccionado Nacional.

En el segundo periodo, desde el arranque comenzó la rotación en el equipo. Leonardo Gutiérrez, Paolo Quinteros y Junior Cequeira ingresaron y al principio nada cambió. Argentina siguió siendo avasallante a base de triples (encesto 4 seguidos) y todo hacía suponer que la diferencia de puntos se ampliaría, pero esto no terminó sucediendo. Con la salida de Scola y Prigioni a falta de 5 minutos para el medio tiempo, la Selección asiática agarró más confianza en ataque, dejó de cometer los errores infantiles del primer cuarto y finalizó metiendo un parcial de 7-0 gracias a Rasheim Wright, que lo llevó a estar a 12 puntos.

Al reinicio del partido Jordania para sorpresa de todos, siguió con la remontada y al cabo de 3 triples seguidos de su máximo goleador Ayman Idais, redondeó un parcial general de 16-0 que lo dejó a sólo 3 puntos en el marcador. Pese a los buenos trabajos de Cequeira y de Juan Gutiérrez, la Selección continuó con la sequía goleadora y nuevamente Jordania culminó de mejor forma el cuarto. Hernández a esas alturas ya estaba impaciente y muy enojado con sus dirigidos.

En los últimos 12 minutos siguió la misma tónica de los 2 cuartos anteriores, la Selección no podía despegar en el marcador debido a su bajo goleo y los asiáticos se mantenían firmes, amenazantes con sacarles el partido a los de Hernández. Pero gracias a Scola (hizo 30 puntos y tomó 13 rebotes) Argentina termino llevándose el partido, sin la facilidad que se esperaba ante un rival netamente inferior.

Mañana la Selección cerrará la fase de grupos enfrentando a Serbia (que venció a Australia por 94 a 79) tratando de mantener el primer lugar en la clasificación hacia octavos de final. Y por más que los dos seleccionados ya estén en dicha instancia, se jugará como una final, dado que el ganador tendrá una llave más accesible evitando a equipos como Estados Unidos, España y Turquía hasta al menos las semifinales.